Amar sin límites ni barreras, a mí que eso me sonaba a locura… Pero claro, debí creerte cuando me lo dijiste: un humano enamorado es como un loco entre gente que vive con los pies en el suelo. Pero yo, yo era una habitante de ese lugar en el que tanto tiempo vivimos, el lugar de los enamorados. Y parece ser que tú eras visitante, que no te establecerías allí, junto a mí, y a mi felicidad infinita que parece haberse perdido en algún lugar desconocido. Tanta utopía, pero yo antes no creía en lo imposible; no teniéndote a mi lado.
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